El trabajo de carga de un buque de transporte marítimo no es simple, es un trabajo meticuloso y cuidadoso donde todos los profesionales deben poner toda su experiencia en el asador. El transporte marítimo internacional es mucho más complejo de lo que muchos pueden pensar, pudiendo diferenciar principalmente dos tipos de cargas, las cargas mediante contenedores y las cargas a granel, las cuales hay que saber distinguir perfectamente.
Las cargas a través de contenedores son aquellas que, como bien indica su nombre, se realizan a través de contenedores, o lo que es lo mismo, recipientes de carga que protegen la mercancía que se traslada durante todo el recorrido que dure el trayecto por mar. En este caso no sirve cualquier tipo de contenedor, ya que los mismos deben estar fabricados según la normativa ISO, de este modo es como se logra que todas las dimensiones estén estandarizadas en los puertos del mundo entero. Acero corten, aluminio o madera contrachapada suelen ser los principales materiales en los que se pueden fabricar los contenedores para transporte marítimo.
Por otro lado puede realizarse la carga a granel, es decir, sin embalar y sin empaquetar, como ocurre en productos como el carbón, arenas, gas, petróleo, el grano (maíz, soja, arroz, trigo), etc. En este tipos de cargas pueden diferenciarse dos tipos diferentes de carga, la carga líquida y la carga seca.
Claro está, que al poder encontrar distintos tipos de carga de transportar de un lugar a otro, también es obvio que haya distintos tipos de buques para hacer estos transportes marítimos dependiendo de la carga a transportar, pudiendo hacer mención del buque portacontenedores (transporte de contenedores), los buques graneleros (cargas secas a granel) y los petroleros (transporte de crudo y sus derivados del petróleo). Es por este motivo que dependiendo del tipo de carga que se envíe se tendrá que hacer uso de uno u otro buque.