Los ETF, al igual que el resto de fondos de inversión, son Instituciones de Inversión Colectiva (IIC)2 de carácter financiero que pueden invertir en una amplia variedad de clases de activos e instrumentos financieros. Se trata, en definitiva, de un patrimonio común, perteneciente a una pluralidad de inversores, llamados partícipes, que está gestionado y representado por una Sociedad Gestora y donde los rendimientos individuales se establecen en función de los resultados colectivos.
Igualmente, cuentan con una entidad depositaria, que es la encargada de custodiar los valores o activos adquiridos por el fondo de inversión, así como de vigilar y supervisar la gestión que lleve a cabo la Sociedad Gestora, velando por el interés de los partícipes.
No obstante, los ETF o fondos cotizados tienen ciertas características que les hacen diferenciarse de los fondos tradicionales. Aunque en este documento solo nos referiremos a los ETF en su forma de fondos, también se pueden encontrar ETF en forma de sociedades (SICAV índice cotizadas).
Los fondos de inversión cotizados, más conocidos por sus siglas en inglés, ETF, exchange-traded funds, son fondos de inversión cuya principal característica es que se negocian en mercados secundarios de valores. A diferencia de las participaciones de los fondos tradicionales, que se suscriben o reembolsan a su valor liquidativo (que se calcula tras el cierre de cada sesión), las participaciones en ETF se compran y venden en un mercado secundario, como las acciones o
los bonos.
Un poco de historia sobre los EFTs
El origen de los Fondos cotizados ETF’s se encuentra en la iniciativa que, a principios de los años 90, tuvo la Bolsa de Toronto al lanzar unos productos cotizados que replicaban índices bursátiles. Se pretendía satisfacer la demanda de los inversores que querían acceder a cestas de acciones de manera sencilla y directa, sin tener que recurrir a los fondos de inversión tradicionales o a los mercados de derivados.
A Europa llegaron en el año 2000 de la mano de las Bolsas de Fráncfort y Londres. En España los primeros fondos cotizados ven la luz en2006, al amparo del nuevo Reglamento de Instituciones de Inversión Colectiva y fueron tres ETF referenciados al índice IBEX 35 ®. Posteriormente se inició una segunda etapa en el desarrollo de los ETF cuando se produjeron nuevas incorporaciones que completaban la oferta de subyacentes disponibles.