Muchos procesos involucran contacto con agua, tanto en el hogar como en la industria, lo que se busca es lograr la optimización del mismo, es decir, obtener los mejores resultados con la mínima cantidad de recursos. En este sentido, las boquillas pulverizadoras de agua representan la solución más adecuada, ya que aumentan la cobertura superficial con dicho fluido al convertirlo en partículas diminutas.
Su utilidad es muy amplia, y se pueden adaptar a diferentes equipos como sistemas de riegos, calderas y reactores químicos, y son acoplables a todo tipo de tubería y tanques. Sin embargo, es el sector agrícola quien más demanda estos dispositivos, tanto para la aplicación de productos químicos (fertilizantes, pesticidas, etc.) como para la dispersión del agua.
De acuerdo a la forma y disposición de la boquilla, el tamaño y la dirección de gota varía en gran medida. Como consecuencia de ello se debe analizar y escoger cual es el tipo de boquilla ideal para cada aplicación, por ejemplo, para el control de polvo y humidificación se prefieren los modelos tipo cono vacío, y en el caso de protección contra incendio son adecuadas las de cono lleno que permiten el paso de un caudal de agua mayor.
A pesar de ser un elemento pequeño, si no se elige cuidadosamente causará una disminución de la eficiencia del proceso, lo que se traduce a su vez en pérdidas monetarias indeseables. Esto nos da una idea de la importancia de asesorarse con personal cualificado, de manera que el diseño del proceso sea el óptimo y obtengamos los más altos beneficios.
Por otro lado, al ser dispositivos sencillos y resistentes, podemos manipularlos e instalarlos (si es el caso) sin ningún inconveniente. Aquí el punto relevante es definir en cuál etapa del proceso es necesario incluir la boquilla y a partir de ahí definir las características de la misma.
